“ De donde no hay, no se puede sacar 
”.
Refrán aplicable a Pedro Sánchez, 
que igual le importan dos que cuatro,
por mantenerse en el sillón 
presidencial.
Su rebosante “ ego “ sacrifica el patrimonio 
común
a las exigencias separatistas de “ Junts ” 
y demás morralla; dilapidando la esencia y 
el alma 
de la Nación, porque ni la siente ni la ama.
Donde no hay amor, no hay nada.
El que sólo mira por y para sí, 
regala competencias
y dádivas a 
quien le puede apear del caballo
 que nunca debió cabalgar.
Insistir repetidamente sobre este 
personaje,
produce hastío, tanto en el que escribe 
como en los lectores, pues dar tanto la 
tabarra
con él, de poco o de nada sirve 
ahora.
Por motivos diferentes, y erre que 
erre,
otros prefieren “ dorarle la píldora ”.
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