La ministra Chacón, cabalgando entre medias verdades y perogrulladas, ha soltado en el Senado, según recogen m.c.s., entre otras “lindezas”, a propósito de no rendir honores al Santísimo conforme al nuevo Reglamento de Honores Militares, que los cambios se adoptaron con la vicaría castrense”, un católico no necesita “un arma o una bandera” para mostrar su fervor religioso y que la rendición de honores “no hace de más ni de menos” una fiesta religiosa.
Carmen Chacón, aupada por ZP desde el pacifismo progre y antiespañol catalanista a ministra de Defensa en el gobierno de España ¡ ni más ni menos!. La misma que, siendo Vicepresidenta del Parlamento catalán, mostró solidaridad y apoyo, entre otros prebostes del P.S.C.hacia el Rubianes (R.I.P.) que públicamente insultó a la Patria (sí, a la Patria cuya defensa está encomendada a los Ejércitos que ahora manda).Con respeto a la Sra. Chacón como persona y a las FF.AA en cuanto institución: “ La zorra cuidando de las gallinas” y no se le busque otro significado que el del refrán.
Conviene recordar lo que Rubianes dijo en un programa televisivo en 2006, cuando fue preguntado sobre si veía en peligro la unidad de España. Esta fue su respuesta: “La unidad de la puta España me suda la polla por delante y por detrás,que se metan a España ya en el puto culo a ver si les explota dentro y les quedan los huevos colgando en los campanarios.Que vayan a cagar a la playa con la puta España. Que se vaya a la mierda la puta España”
La ministra se escuda torpemente, como si no se conociera su fobia a la religión católica, con el vicario castrense, cuando la decisión responde al ámbito político de gobierno basada en ideología sectaria. La Iglesia ,en su prudencia, sólo se pronuncia en aquellas ocasiones en que se atenta contra valores supremos inherentes a la vida y dignidad humanas (derechos fundamentales de toda persona), en cuanto hay que preservarlos.No interfiere en otras decisiones políticas aunque no sean de su agrado. Es depositaria de la palabra de Cristo que difunde en su misión evangelizadora y garante de la Doctrina que de ella emana.
Respecto a las otras dos afirmaciones de la ministra(innecesidad para un católico de arma o bandera para mostrar su fervor religioso y que la rendición de honores no hace de más ni de menos una fiesta religiosa) , son obviedades baratas con las que trata de justificar la erradicación de seculares tradiciones que no entran en colisión constitucional.
La vivencia del catolicismo como consecuencia de la Fé es comunión y abandono en Jesucristo con la esperanza de la Resurreción.Pero ello no obsta al ceremonial y manifestaciones públicas consuetudinarias, arraigadas en el pueblo español como manifestación externa,solemne,respetuosa y también festiva del fervor.
Sencillo ejemplo: Lo esencial e imprescindible en el acto de contraer matrimonio entre hombre y mujer, tanto sea civil como canónico, es el asentimiento voluntario y libre de los contrayentes, expresando la fórmula de compromiso y aceptación mutuas con “Si, quiero” .Todo lo demás que acompaña o sigue a la ceremonia, según las posibilidades y deseos de los contrayentes (música, coros, vestidos, flores, arroz, banquete, obsequios, etc.), no es necesario pero contribuye, si se hace con buen gusto y respeto, a homenajear a los recién casados, participar de su alegría y exteriorizarles deseos de felicidad.
En suma: no se puede ir contra las sanas tradiciones de un pueblo ni contra las virtudes que lo encarnan.
¿Acaso las FF.AA no forman parte del pueblo? ¿Qué impide se sumen a él presentando o rindiendo armas,enarbolando la enseña patria a los sones del himno nacional?
Como pretexto la Ordenanza, el Estado aconfesional.El motivo y los fines de este Gobierno son claros: socavar las raíces cristianas con cuanta “artillería” normativa y mediática pueda lanzar. Cuando en este u otros ámbitos le es dificultoso hacerlo desde fuera, amplía la acción y se cuartea o “dinamita” desde dentro”, sea en la unidad nacional, reglamentaciones y esencias militares, política cultural y educacional , instituciones, familia,…Es cuestión de diseñar un plan de actuación y encargar a guiñoles que lo ejecuten; cómplices palmeros siempre los hay.
El problema es la mentalidad resentida socialista. Por naturaleza ve problemas donde no los hay, los resuelve en virtud a antojos y unilateralismos, la tradición no significa nada para ellos, pues de historia no saben nada. De religión ni oir quieren, y ya si es juntar ambas cosas, tradición castrense y confesional, ponte a temblar.
ResponderEliminarEllos si pueden entrometerse en actos dignos y fervorosos, manchándolos con su presencia, pues el honor, la devoción, entrega sin recompensa, y el sacrificio, son virtudes que escasean entre ellos y han de retratarse junto a los que las poseen para hacer valer los éxitos de las Instituciones como los suyos propios. Es la tristeza de la mediocridad, que les acompañará el resto de sus días, y es menester nuestro recordarlo en las páginas de la historia española.