…RELIGIÓN DE HOMBRES HONRADOS

Tenemos unos Ejércitos de profesionales eficaces y disciplinados, comprometidos con la observancia y defensa constitucional, sujeto a las directrices gubernamentales sobre la Defensa y al cumplimiento de obligaciones y compromisos internacionales suscritos por el Gobierno.
De eso no cabe la menor duda como tampoco de la inexistencia, por lo dicho y convicción, de veleidades golpistas.Pero, sin merma de lo anterior, son amantes de sus tradiciones y símbolos que nada desdicen y constituyen una especial liturgia que gustan conservar y honrar cual anímico bálsamo vigorizante. Esencial ingrediente del espíritu militar, junto al honor,lealtad,sacrificio,bandera,patria, compañerismo, austeridad,…”La milicia no es más que una religión de hombres honrados”,escribió Calderón de la Barca.
Es por eso que resulta inexplicable y kafkiano que últimamente se prodiguen por el Gobierno algunos gestos y disposiciones( por conocidos y brevedad no se reseñan), sin venir a cuento, que conculcan y hieren profundos sentimientos de la familia castrense. No los exteriorizarán, pero con asumida resignación, en mor de la disciplina y obediencia, los sienten como una traición o deslealtad.
¿Nadie de la cúpula ha trasladado a la Ministra de Defensa la improcedencia de tales desvaríos?. La admiración y sincero respeto habría estado con sus integrantes-altos mandos- si, con respeto,discreción pero con firmeza, hubieran advertido a la Ministra que presentaban su dimisión de no frenar los” caprichosos” propósitos.
La lealtad implica reciprocidad: ascendente y descendente. De no ser así se podría estar ante la obediencia y disciplina por obligación, pero sin la entusiasta devoción asumida tradicionalmente por nuestras FF.AA.