Amparándose en la libertad de expresión vienen repitiéndose graves injurias contra la Nación española y sus símbolos, la Corona , la Iglesia Católica, sus creencias y el Papa, cual abierta veda en la que oportunistas y sin escrúpulos cazadores campan a sus anchas bajo la cobertura de impunidad y la recompensa del dinero, fama y audiencia.
Rebasando los límites de la crítica, se ha caído en tal soez chabacanería, mal gusto y grosería que si no se viera lo que se ve, se escuchara lo que se dice o se leyera lo que se escribe, cabría pensar que todo es producto de horrorosa pesadilla. Hasta tamaño punto de degradación moral, ética y cívica se ha llegado que bien podríamos repetir el “no es esto, no es esto”, en referencia a lo que ha desembocado la ansiada democracia por cuya consecución tantos cedieron tanto. El desencanto podría extrapolarse a otros ámbitos, pero alargaría en demasía el texto y nos distraería del inicial propósito.
Da la impresión que todo está permitido y cualquier mal educado sectario, o descerebrado, puede hacer o decir lo que le venga en gana y encima que se crea gracioso.
Para sustentar lo afirmado valgan, como botón de muestra, los siguientes sucedidos:
Un grupo musical injuria profusamente al Rey llamándole “Hijo de puta” (Omitimos por concisión la retahíla completa de insultos),siendo subvencionado el disco por el Ayuntamiento socialista de Segovia.
Un actor, ya fallecido”, se cisca públicamente con “la puta España” (misma omisión por concisión.Ver anterior entrega “Carmen Chacón:…”)
Una cadena de TV mantiene programas en donde la mofa y el escarnio de la Religión Católica y el Papa es su divertimento y obsesión. ¡Qué valientes! Se burlan con desgarro de la que en su prédica proclama el amor, el perdón y el ofrecer, ante el agravio, la otra mejilla. Majos, ¿por qué no hacéis lo propio con el Islam?, sin que la retórica cuestión promueva ni intente incitar a hacer lo propio.
No se citan más ejemplos( algunos cantos de apología terrorista, desprecio a la víctimas,incitación a la violencia,viles parodias,…), que los hay en abundancia, por ser suficientemente conocidos. Tampoco se abordan disquisiciones jurídicas sobre la ponderación de la libertad de expresión, creación artística, literaria…Simplemente se apela a lo que la mayoría entiende y reclama: sentido común, educación, respeto y escarmiento consecuente al reproche penal a que tales conductas son o deberían ser acreedoras.
Hay quienes se empeñan en tensar demasiado la cuerda y puede llegar un momento, Dios no lo quiera, que se rompa. Las cosas se saben como empiezan, pero no cómo pueden acabar. Quienes pueden evitarlo obligados están a hacerlo.
Magnífico artículo
ResponderEliminarSiempre es necesario encontrar refugio, escucha y conocimiento. Lo dificultoso es saber donde hacerlo. Lo fácil sumarse a una mayoria de conceptos que demagógicamente llegan a poco e interesan a menos, aunque en términos de masa, se secunden.
ResponderEliminarNo tengo dudas. Por ello, destacar a base de generar injurias no es correcto, educado ni caballeroso. No aporta. No tiene esencia. No crea ni construye, sino consigue la risa fácil, el chiste cómodo o la opinión graciosilla que precisa contexto para ser entendida, que no pensada.
Creo que cada vez, ésto está peor, que empieza a valer casi todo, que lo gracioso y atrevido, se entiende como ingenioso y directo. Y señores, no es lo mismo. ¡NO lo ha sido nunca!.
Así que si me permiten, limitense a pensar un poco antes de proceder. Ya sé que no se trata de obtener el Nóbel de Inteligencia, pero esforzarse siempre ayuda al cultivo propio.
A éstos agitadores de masas, en éste caso "panaderos" nocturnos, les dedico éste momento de reflexión, ya que ellos de arrepentimiento no entienden.
(lamento el simil del panadero, pero siempre indicado con respeto)
Saludos y probemos a leer más, en éste caso unos minutos, pues hay artículos como éste que lo merecen.