Escuchamos frecuentemente la frase “ respeto su opinión( o idea) pero no la comparto “, como forma educada y políticamente correcta de expresar discrepancia con el otro. Fórmula ésta que,por mimetismo y a base de oírla en diversos foros, ha quedado generalizada sin mayores matizaciones.
Somera consulta al diccionario de la RAE nos lleva, entre otras acepciones, a la asociación del vocablo respeto con tener consideración,estimar algo como digno y que debe ser tolerado,que cuando se produce en grado sumo implica veneración y reverencia.
El verbo compartir queda vinculado a tener la misma opinión que otra persona.
Con independencia del respeto y consideración que se debe tener a todo ser humano como tal y no necesariamente a toda conducta o proceder individual o de grupo( piénsese desde simples actos delictivos a barbaries terroristas y delitos contra la humanidad), hay ideas, creencias y opiniones con las que no se comulgue o esté de acuerdo,pero no hay que estigmatizarlas ni reprobarlas con gratuitas descalificaciones, si no someterlas a civilizadas controversias y contrastes de pareceres. Respecto a ellas cabría el “ respeto pero no comparto”, salvo que me convenza de lo contrario.
Mas hay otras ,también libremente expuestas, que por ser intrínsecamente perversas, atentar contra valores fundamentales , sanas creencias arraigadas,ley natural y conciencia, no merecen respeto; si acaso:“ conozco sus teorías, pero no las comparto”.
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