Directamente, un DIEZ para las Unidades de Intervención Policial que el día 8 de este mes y ayer, respectivamente, mantuvieron a raya a los “indignados”, para que las sesiones en el Congreso de los Diputados en Madrid y las Cortes Valencianas se desarrollaran con normalidad. Los Parlamentos, cual “ sancta sanctorum” del templo de la democracia deben ser respetados, del mismo modo que los diputados no pueden ser perturbados cuando como tales ofician, con independencia que actitudes u oratorias se correspondan o no con las exigibles a los representantes de la voluntad popular.
Las imágenes vistas en diversos canales de TV hablan por sí solas de la incívica y antidemocrática actitud de los “indignados” y del proporcionado tratamiento policial que les fue dado en cada caso. Mucho aguantaron los agentes, demasiado, e incluso la gente normal y corriente, de orden, que es inmensamente mayoritaria y de creencias e ideales diferentes, cree que se quedaron cortos.
Algunos se solidarizaron, ingenuamente, con las iniciales y aparentes buenas intenciones del repentino movimiento, cuando solamente enseñaba la patita; pero a los pocos días ya estaba claro qué querían los dichosos “ indignados” : el caos revolucionario trufado con debates asamblearios, no reformar ni mejorar el Sistema si no derrocarlo para sustituirlo por el caos.
Estimamos que se les ha soportado bastante, en exceso. O se impone el cumplimiento de la Ley desde ya ó veremos espectáculos de barbarie olvidados. Tan solo se trata de concertada voluntad política, impulsar y respaldar la actuación policial. Estos profesionales saben hacer bien su trabajo. Los sectarios detractores seguirán con el victimismo, ya se sabe y a nadie sorprende. Si que ha sido injusto, desacertado e inoportuno, por donde proviene, el comentario de un popular sobre la intervención policial de ayer en Valencia.
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