miércoles, 10 de agosto de 2011

BARBARIE Y PILLAJE EN INGLATERRA

 

En la flemática Albión han salido muchos ingleses, escoba en mano, a limpiar las calles de los restos dejados por el vandalismo. Comerciantes han tenido que armarse con bates de béisbol para proteger sus establecimientos contra la furia incendiara del pillaje. La sorprendida Policía no da abasto ni emplea la contundencia que reclama el pueblo; dicen que ni siquiera se le permite usar gases lacrimógenos ni tanques de agua, simples aspirinas para combatir la fiebre que dispara el mercurio a los más alto.

En USA posiblemente se hubiera movilizado a la Guardia Nacional, y la población en vez de escobas y bates hubiera sacado a relucir wínchester y revólver. En Francia ya se sabe la rapidez y proporcionada contundencia con que se actuó a raíz de las violentas revueltas juveniles de los magrebíes.

En España, ante una situación similar, y con el Gobierno del talante y la Alianza de Civilizaciones, probablemente se hubiera seguido el criterio de actuación que impuso Rubalcaba sobre los ilegales indignados: " La Policía está para resolver problemas, no para crearlos"; contención, si pero no, y nada de dictar desde el Mº del Interior órdenes claras, concisas y concretas. Con eso que la Policía sabe hacer bien su trabajo, que es verdad pero cuando le dejan, se hubiera descargado la responsabilidad sobre el " guardia" y si las cosas se tuercen " a pagarlo poca ropa", en este caso el uniforme. En todo caso es un futurible no deseado, pero los precedentes en casos "menores" y de actualidad permanente  nos preocupan.

Los sociólogos y otros especialistas darán diversas interpretaciones sobre el por qué( multiculturalismo, conflicto de culturas, guetos, no integración, frustración, condiciones de miseria y hacinamiento, complejos, inmigración descontrolada, etc.); pero lo cierto es que las democracias occidentales deben sopesar el binomio libertad-seguridad y cuando se atenta contra la seguridad y los legítimos derechos de modo grave, como los referidos, lo prioritario es restablecer el orden aún a costa de recortes de ciertas libertades y otras medidas que algunos "puristas" siempre censurarán mientras no sean ellos blanco de las desatadas iras. No deben haber espacios para la impunidad y las legítimas reacciones contra la barbarie tienen que ser ejemplarizantes.

Cuando mucho se cede y transige, algunos beneficiarios se crecen, tantean el terreno y van a por más sin reparar en medios. Llegados a este caso, procede enérgico puñetazo en la mesa y decir: se acabó, hasta aquí podíamos llegar.

Sucesos cercanos como los de Inglaterra y Francia deben hacer reflexionar a nuestros gobernantes y políticos. Ojalá no se produzcan con esa virulencia en España, mas por algo la sabiduría popular acuñó lo de " cuando veas las barbas de tu vecino  afeitar, pon las tuyas a remojar".

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