viernes, 26 de agosto de 2011

DIFÍCIL LO TENÉIS, POLICÍAS.

 

A raíz de los recientes disturbios en Londres, Jefes de la Scotland Yard criticaron públicamente las diversas cortapisas que el Gobierno puso a la actuación policial, en el ejercicio democrático de libertad de expresión y denuncia sin temor a represalias gubernamentales. Aquí, en España, por las instrucciones de pasividad y aguantar ante los ilegales indignados y la violenta chusma anticatólica contra los pacíficos jóvenes de la JMJ, sólo los representantes sindicales de la Policía han levantado la voz. Ninguno de los altos mandos de la Policía, que sepamos, ha osado hacerlo abiertamente, ni siquiera cuando tres de sus subordinados de la UIP ( un subinspector y dos policías) han sido expedientados, por reacción o violencia “desproporcionada”, al tratar de dispersar a los bárbaros.(Un representante sindical señaló el celo en identificar a los policías y expedientarles, en contraste con la pasividad en hecho tan grave como el soplo del “ caso Faisán)

Al Ministro del Interior, Delegada del Gobierno y altos mandos, nos hubiera gustado verlos en el lugar de sus policías, sufriendo todo tipo de insultos( lo de asesinos y mentar a la madre es moneda corriente), provocaciones, bravuconadas, reiteradas burlas y desobediencias a los Agentes de la Autoridad. No es esa su misión, pero al menos que dejen actuar a los profesionales en defensa del orden y la ley, garantizar la seguridad ciudadana , proteger el libre ejercicio de derechos y libertades y restaurar el orden público cuando se ha conculcado. Como es bien sabido, las buenas palabras y caramelos no son la receta adecuada ante los descerebrados que, movidos por el odio y el resentimiento, van de algarada en algarada y creciéndose a más.

El anuncio de la incoación del expediente, es un guiño más del Gobierno socialista hacia la extrema izquierda, un gesto de complacencia para pescar votos en tan turbias y mal olientes aguas revueltas. Lo de menos es la resolución final del expediente; lo prioritario, apaciguar y agradar a los contestatarios.  Pero, de momento, la moral de la Policía decente ha sido tocada y una vez más se ha visto desamparada por quienes tenían que dar la cara por ella.

Es muy fácil enjuiciar desde los despachos y a toro pasado, pero métanse en la piel de quien tiene que actuar sobre la marcha y con celeridad ante una masa perturbadora, sin tiempo para hacer distingos. La cara no es siempre el espejo del alma.

Difícil lo tenéis policías  y más con los tiempos que se avecinan. Que la perseverancia, el cumplimiento de la Ley y garantizar la pacífica convivencia sea vuestra guía. Quienes desde altas esferas os utilizan, pretendan hacerlo, o quieran jugar con vosotros cual pelota de pin-pon,  pasarán; Policía y Guardia Civil perdurarán. Que sea con honor y dignidad; el reconocimiento y afecto de la gente de bien lo tenéis asegurado.

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