LA JUVENTUD DEL PAPA

 

Puntual llegó SS el Papa, Benedicto XVI, a su cita madrileña con los jóvenes de los cinco continentes. ¡Enhorabuena, jovial muchachada!, ya está con vosotros. El caluroso recibimiento que le habéis dispensado quedará para siempre guardado en su corazón, del mismo modo que retendréis en los vuestros la beatífica, sencilla y humilde visión del espiritual Padre común que con tanta predilección os ama. Os hemos visto exultantes de alegría y emoción, superando con vigor juvenil las largas horas de espera bajo el rigor de un tórrido sol; sentimientos que nos habéis contagiado a los mayores, revitalizándonos en cuerpo y alma. Por el contento, más de una lagrimilla se nos ha escapado, al igual que a muchos de vosotros. Por ello también merecéis que los no tan jóvenes os demos las gracias, nos habéis gratamente enternecido.

Ya habéis escuchado sus primeras palabras, mensajes evangélicos para el integral desarrollo personal que os sirvan de guía a lo largo de la vida, en cuya primavera ahora estáis. Cuando os sobrevengan momentos difíciles, de dudas y angustias, recordad lo que el Papa os ha dicho y os dirá durante su estancia entre vosotros: No se puede prescindir de Dios, no os avergoncéis del Señor, la caridad debe practicarse, la dignidad humana y el derecho a la vida deben protegerse, la fraternidad cristiana debe prodigarse,... En definitiva, palabras de Jesucristo que el Papa, sucesor de Pedro, recuerda y alienta a seguir; un “vademécum” que hay que llevar siempre en la mochila.

Efectivamente, sois LA JUVENTUD DEL PAPA; así lo habéis cantado y demostrado. Continuad con ese ímpetu desbordante de alegría, pacífico, esperanzado por la Fe y cuando regreséis a vuestros hogares contad lo que aquí, en España, ha significado la JMJ y sed propagadores de las palabras del Papa. Aún os quedan dos días de católicas vivencias, que las sigáis saboreando y arraiguen entre vosotros, guardadlas como semilla a esparcir por donde vayáis.

Partiréis, pero vuestro recuerdo será imborrable. Hay una canción sevillana que dice “Cuando un amigo se va algo se muere en el alma…”. Nuestra alma se entristecerá, mas LA JUVENTUD DEL PAPA seguirá viviendo en nuestros corazones. Si, queridos jóvenes, os queremos, nos habéis despertado del letargo a muchos adultos y cuando llegue la hora de la despedida nos retiraremos discretamente, ya que los que somos bastante mayores procuramos, por pundonor, que no se vean brotar las lágrimas de nuestros ojos; aunque en este caso sea por la dicha de haberos visto y conocido. Gracias por todo, hijos, que Dios os guíe siempre y la  Virgen María  sea vuestra intercesora.