viernes, 5 de agosto de 2011

EN PREVISIÓN DEL DILUVIO…

 

Cuando en España estamos con el agua hasta el cuello oímos decir a  Alfredo Rubalcaba que tiene la solución, no explicada ni aplicada cuando era hasta hace poco Vicepresidente del Gobierno. El Presidente del Congreso, José Bono, dispensador de bulas e indulgencias, nos sale ahora con que lo que hace falta es un “gobierno patriótico “ formado por PSOE y PP y no unas elecciones anticipadas( lo primero, cuando aún se estaba a tiempo,  ya fue sugerido por personas bien intencionadas que fueron ignoradas.). Aquel, cual Judas, traicionando a su "señor" Zapatero, y Bono, por encima del bien y del mal, agazapado a la espera de la coyuntura que colme sus máximas ambiciones. Con otros ejemplos podríamos seguir, hasta  con los de los insaciables nacionalistas exprimidores de las ubres hispánicas.

El Gobierno, de prisa y corriendo, por imposición exterior, con repentinas recetas dubitativas y cambiantes, y por obstinada falta de previsión al no haber seguido desde años las que aplicaban  las diligentes amas de casa: no gastar más de lo que se ingresa, ahorro, no despilfarro, mantener la familia unida y, queriendo a todos los hijos por igual, prestar especial atención al más necesitado.(El derroche no ha sido exclusivo del Gobierno de Zapatero). Pero aquí, en esta endiablada España que languidece, donde prevalecen los intereses de grupo y personales, las voces que desde hace tiempo vienen advirtiendo de lo que se nos venía encima, eran y son despreciadas y, si se puede silenciadas por ser antipatriotas agoreros.

Solo desde la desinteresada unión y el asumido sacrificio común, se puede salir de las situaciones difíciles; pero resulta sarcasmo que pretendan sacarnos del hoyo quienes nos metieron en él. Del “pobre” Zapatero, mejor olvidarnos ya que no es caballeroso hacer leña del árbol caído, pese a ser el principal responsable. Mas no procede amnesia respecto a sus cómplices y colaboradores necesarios, por mucho que finjan haber sido ahora cegados por el rayo y derribados del caballo; Rubalcaba y Bono entre ellos. No son nuevos "Pablos" conversos, solo pretenden seguir cabalgando con otra montura y en ello están: a quién se la compran, porque de fiado o por la cara nadie se la va a dar.

Lo cierto es que, en previsión del diluvio, algunos ya tienen su barca de Noé como refugio seguro; muchísimos andan ocupados en encontrar un bote hinchable que les permita mantenerse a flote en sus penurias y cinco millones de parados no tienen perspectivas de encontrar una mísera tabla de salvación a la que agarrarse.

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