Con lo de la crisis, el galopante paro, el empobrecimiento que sufren los de siempre sobre los que recaen las cargas y una clase política barriendo para su casa, es normal que el personal se cabree cuando le roban la cartera.
De meter mano a las autonomías y a otros gravosos entes, nada de nada; siguen las extravagantes subvenciones mientras aumentan las colas del paro y en las casas de caridad, nos fríen a impuestos, desaparecen las clases medias,... Cuando hay tanto descontento por algo será, señal de que no se fían de los gobernantes.
Que se aprovechen de ello los antisistema y otros agitadores no extraña, es lo suyo: cuando peor, mejor; lo que procede es aislarles socialmente y que la Policía les aplique la receta debida que muy bien sabe hacerlo cuando la dejan y cuando lo hacen la jauría del rojerío ladra contra ella.
Como no hay mal que venga solo, nos encontramos ante los desafíos separatistas, respecto a los que, poco a poco, el pueblo llano va reaccionado saliendo de su letargo. La Unidad de la Patria corre peligro y se exige una solución.
No convence lo del federalismo ni otras gaitas. Faltan palabras claras y contundentes, sin eufemismos ni sobreentendidos de página web por muy real que sea. El ser de España no admite medias tintas. Si los secesionistas persisten, procedería la legal acción como legítima defensa contra quienes pretenden desmembrar la Nación.
El nuevo despertar se está notando, se esparce lentamente, el malestar y las quejas se comentan sin ambages, se ha tocado una fibra muy sensible como es la Unidad de España que no puede ser objeto de componendas. Esta corriente de opinión va en aumento y, de seguir así, o se suman a ella quienes tienen la primordial obligación de hacerlo dando la cara ó pueden ser arrastrados por la ira del pueblo. Que no den lugar a que ésta estalle.
Los catalanes y vascos que también se sienten españoles no pueden ser abandonados. Son los que de más cerca sufren la opresión y la apisonadora secesionista. No hay que dejar pendiente la deuda con ellos y con España. Cataluña y Las Vascongadas lo son, aunque algunos las consideren suya en exclusiva en su delirio separatista y totalitario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario