viernes, 4 de julio de 2014

ESTRENO DE PABLO IGLESIAS EN EL PARLAMENTO EUROPEO.

 

Con el discurso de estreno que pronunció en el Parlamento Europeo el líder de PODEMOS, Pablo Iglesias, nos demostró que sabe leer a velocidad de vértigo y nada más. Sobre el fondo del mismo sólo puede decirse que aburrió hasta el hastío con sus prédicas de mesías demagogo-populista, machaconamente repetidas, trufadas de comunismo libertario asambleísta. A piñón fijo sobrepasó en mucho el tiempo de su intervención, sin atender las advertencias del Presidente para que cesara en ella, por educación y respeto a los posteriores intervinientes, a los que estaba robando el tiempo reglamentado para sus exposiciones.

Lo cierto es que defraudó con la larga lectura hecha de corrido, ajustándose al guión precocinado y yendo a lo suyo. La cosa era impactar, y salvo el aplauso de sus conmilitones, sólo se pudo apreciar el atónito asombro en el rostro de los componentes de los grupos mayoritarios, que nunca antes le habían escuchado, por tan inédita e inaudita perorata. Ni siquiera recurrió a la imagen escenificada de tertuliano sosegado- ampliamente reconocida aunque se discrepe de gran parte de su argumentario- con la que se prodiga por los platós televisivos que le dan cancha en estos lares.

Más mal que bien, aquí se le soporta; pero dudamos de que en el Parlamento Europeo- pese a su condición de europarlamentario por decisión de un sector de los votantes españoles, y el repunte de los extremistas que allí ocupan escaño- le traten con la desmesurada consideración que aquí se le dispensa si reincide en la inobservancia de las normas reglamentarias.

A modo de paréntesis, y por lo que de cerca nos atañe, se señala que no hay que menospreciarle ni confiar en que es una burbuja de aire destinada a desvanecerse con el tiempo. Dice cosas que algunas gentes quieren oír, sin reparar en el trasfondo ni quién es el mensajero, con el añadido de que los comunistas de IU buscan aproximarse a las posiciones que él representa, y hasta determinadas voces del socialismo desean contemporizar con sus planteamientos y, si pueden, apropiarse de los que más pueden encandilar al electorado que el PSOE ha perdido. Mientras tanto el PP y el Gobierno al que sustenta, al que se pretende desplazar del poder, parece estar en Babia, cuando aún no han empezado las vacaciones estivales. Por si faltaba algo, las simpatías de PODEMOS con los independentistas radicales son evidentes.

Sí; en el Parlamento Europeo se despachó a gusto Pablo Iglesias. Cuando acabó su discurso regresó a su asiento, y con cara de buen chico esbozó una sonrisa-¿ benévola, pícara ?- cuando el Presidente le avisó de que, en los cinco años de la legislatura que empezaba, no se le iban a tolerar los oídos sordos de los que hizo gala. La cosa es si Pablo Iglesias agotará toda la legislatura, o renunciará a la condición de europarlamentario para presentarse aquí a las próximas elecciones generales. Haga lo que haga, no dejará de marear la perdiz.

1 comentario:

  1. Los demagogos halagan a las masas incultas con sus palabras,pero ya dice el refrán:"una cosa es predicar y otra dar trigo".

    ResponderEliminar