El día de Santiago, denominado de Sant Jaume( San Jaime ) en tierras valencianas, un grupo de amigos decidió celebrarlo gastronómicamente comiendo una paella en pleno campo.
Los arroces se cocinan de diversas maneras con distintos ingredientes, y todos resultan buenos cuando la pericia para prepararlos acompaña, por eso se dice que el arroz "es muy agradecido"; pero la genuina paella valenciana es diferente a todos los restantes, según explicó el experto y desinteresado cocinero encargado de elaborarla para los veinte comensales que iban a sentarse a la mesa. Puede prescindirse de algunos ingredientes o añadirlos- pato, caracoles, alcachofa y habas tiernas, e incluso pelotillas de carne- conforme al personal gusto y las costumbres de algunas comarcas valencianas, pero lo que la distingue y la hace única no puede faltar: pollo, conejo, garrofón, judías verdes y tomate triturado.
Mientras lo iba explicando y se tomaba una cerveza fría para aliviarse del calor de la encendida leña de naranjo, que a fuego lento ascendía sobre la base del recipiente circular y con asas, de ochenta centímetros de diámetro también llamado paella o caldero-, el grupo se dedicaba, además de refrescar el gaznate, a preparar la mesa colocada debajo de un frondoso chopo y a depositar las bebidas y la sandía en amplios cubos de plástico, llenados más de su mitad con agua y cubitos de hielo como eficaz y antiguo modo de enfrío rápido y duradero.
A la hora y media de su inicio la paella estaba hecha. Previa retirada del fuego se la dejó reposar cinco minutos, cubriéndose la parte superior con hojas de periódico. Los reunidos dieron buena cuenta de ella. El cocinero tan sólo dio un par de cucharadas: la satisfacción por lo sabrosa que resultó, a tenor de los elogios de los comensales y cómo le hincaban el diente, sació su hambre.
El trabajo de uno de los asistentes fue el probar el punto exacto de la sal, observar y tomar nota de la receta. No habiendo sido avisado con antelación suficiente, a media mañana celebró Sant Jaume almorzando embutidos, un par de huevos fritos y una sardina de bota, todo acompañado con media hogaza de pan y regado con vino tinto con sifón. Cuando los restantes estaban entregados, cuchara tras otra, a la paella, se colocó a la sombra de un chopo cercano, se tumbó en una hamaca hasta que, a la puesta del sol, le despertaron: era la hora de marchar.
INGREDIENTES DE LA PAELLA REFERIDA PARA 20 COMENSALES:
2500 grs. de arroz
600 gr de aceite de oliva
20 muslos pollo
20 trozos pollo
20 trozos conejo
4 cucharadas de sal
500 gr tomate triturado
2500 grs. verdura paella (mezcla garrofón y judía verde)
2 cucharadas postre pimentón
9 Litros agua
2 papelinas colorante
60 caracoles
azafrán (si se quiere) y 2 ramitas de romero.
La receta, perfecta.
ResponderEliminarPero para 20 comensales, 2,5 kg de arroz, os pondríais como Sangonereta en "Cañas y Barro"
Un abrazo, y que la repitáis, esas buenas costumbres hay que mantenerlas.
Que receta para más variopinta...ya quiero probar una paella Valenciana, "se me hace agua al boca" me han comentado que es UNICA en su sabor, deliciosa, sé que pronto la saborearé, de seguro me veré rodeada alrededor de una gran paella con un aroma embriagador , con arroces multicolores, un sinfín de ingredientes y muchas manos trabajando en equipo, porque esto también inspira una gran paella, unir corazones con un lazo de calidez familiar. Y para cerrar con broche de oro...un buen vino!!!. Este articulo me ha invitado aún más a querer recorrer los "caminos de la paellas"
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