De fútbol casi todos dicen que saben. Incluso algún que otro ignaro, que posiblemente no haya visto en su vida más que tres o cuatro partidos de los televisados con motivo del mundial en Brasil- terminado ayer con el triunfo de la selección alemana sobre la argentina-, se permite opinar como si fuera un entendido. Esto es lo ocurrido a quien ha osado escribir las siguientes recomendaciones para ganar en dicho deporte, trufado de negocio en muchos equipos de élite:
Dominio de la técnica.
Saber jugar sin balón.
Preparación física y velocidad.
Rapidez de reflejos para pasar la pelota.
Control del balón.
Habilidad para desmarcarse del contrario.
Nervios de acero sin entretenerse con el esférico.
Anticipación a las intenciones del rival.
Estrategias de juego acordes a las circunstancias cambiantes.
Acertar en el tiro a puerta.
Adaptación a las distintas condiciones climatológicas y meteorológicas.
Identificación y aprovechamiento de las debilidades y descuidos del contrincante.
Superación de las dificultades y contratiempos.
Fe en el triunfo sin menospreciar al adversario.
Cambio de jugadores a tiempo.
Y ¡ suerte !
Como se ve, es fácil pronunciarse hasta para un ignorante en la materia. Es una de las cosas que tiene el fútbol, sobre el que todo " quisque" pontifica, y que despierta tantas aficiones como pasiones arrastra, produciendo alegrías y tristezas, y en el que también hay que saber ganar y perder. La enhorabuena a los que se alzan con la victoria no impide situarse en el lugar de los derrotados, consolarles y decirles: ¡ la próxima vez será !
Vaya, pues menos mal que no eres un entendido de fútbol, si no apaga y vámonos, para los que nos creemos que sí lo somos no lo hubiéramos definido mejor, tomo nota para la pachangas
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