Sin cortarse un
pelo,
el diputado socialista
Marcano
en la Asamblea de
Madrid,
espetó a la bancada
popular:
“ Lo de Sánchez,
Sánchez,
Sánchez es envidia pura y
dura.
Lo entiendo, porque con lo
bueno
que está el presidente del Gobierno,
no me extraña que
tengan
esa envidia asquerosa ”
.
La tendrás tú del “ apolíneo “
sujeto,
¡ so pelota, deslenguado y marrano
!
Para saber si está bueno, hay que
probarlo.
Hasta ahora es mayoritario el
rechazo.
Con la defensa
esgrimida
y la apología de su figura
física,
sólo te falta ser su “ celestino
“.
A falta de clientela, podrías ser
tú
el favorecido por el
destino.
Encarga que le hagan una marmórea
escultura,
y que la levanten junto al David de Miguel
Ángel,
para comparar la esbeltez de ambas
figuras.
No encontrarás escultor
capaz
de modelar y esculpir tamaña
caradura.
Si algún atrevido y desnortado
se prestara a
hacerla,
habría que levantarla en un
callejón,
alejado del museo
florentino,
que alberga el espectacular
David.
Las palomas se posarían sobre la de Sánchez,
para “ desahogarse “ desde su
altura
y ensuciar a los que andan por las
bajuras.
Ante las quejas de los
manchados,
se desmontaría y tiraría a la basura.
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