Las guerras brotan como las setas.
Son difíciles de parar.
Ante el ataque hay que defenderse,
y contra el enemigo luchar.
Las treguas suelen ser engañifas,
para nuevas fuerzas tomar,
planear nuevas tácticas y
estrategias,
dar descanso a los agotados
combatientes,
intercambiar prisioneros
y a los soldados muertos enterrar.
Los intereses geoestratégicos,
las ambiciones expansionistas,
los nobles y perversos propósitos,
más otros móviles oscuros,
empañan en ocasiones lo que
subyace tras los bélicos conflictos.
Los guerreros dan la cara,
sin saber a veces por qué
luchar, vencer o morir.
Los “ pacifistas “ se manifiestan
contra la beligerancia, estando
siempre a favor de “ su causa “.
Son “ los tontos útiles “ de cualquier color.
No hay comentarios:
Publicar un comentario