En voz alta platican o charran.
Sentados y sin prisa por levantarse
de la terraza-bar, no paran de
hablar.
Tanto mujeres como hombres,
jóvenes o mayores,
se explayan con esta forma de conversar.
No caen en la cuenta de que pueden
molestar
a los que ocupan mesa cercana que,
sin prestar oído, a la fuerza tienen que
escuchar.
Las temáticas son variadas y de
actualidad,
dependiendo de sus preocupaciones y la
edad.
Siempre suele haber el que lleva la voz
cantante,
llevando el agua a su terreno
e interrumpiendo la opinión
del discrepante, que pretende meter
baza.
Son los tertulianos de café,
que acuden a su cita eventual o
diaria,
y así matan la tarde o la mañana.
El camarero les atiende puntal.
El patrón, cuando se van,
piensa para sus adentros,
que poco o nada ha ganado
con los que tan poco consumen, y dan la
lata;
pero que tal como están las cosas
es preferible aguantar hasta que
el negocio pueda liquidar o traspasar.
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