El detergente “ Zapateril ”
es el que mejor limpia y blanquea.
La lejía de la misma marca
desinfecta.
Ambos productos indicados
para la mugre “ Nicolasa ”.
La yacente en los poros
se enquista, pudre y perdura.
Muy a fondo tiene que ser la
limpieza,
para que el “ madurismo “
desaparezca.
Como Zapatero es fiel al dictador,
no está por la labor. Sólo por un lavado de
cara.
Quienes le plantan cara al ogro
predicador,
corren peligro y caro lo pagan.
Si no quieren asfixiarse con su mal
olor
o perecer bajo sus garras,
tienen que buscar la mediación
del citado blanqueador, que nada
arriesga.
De paso, se limpia él
de la mala
fama que le persigue. Por su parte, bien
labrada.
Un tanto pasajero en su favor
es haber conseguido que el opositor
venezolano,
Edmundo González, ganador de las elecciones,
sea acogido por España y eluda la
prisión.
Con lo que, Zapatero deja en buen
lugar al gobierno receptor,
y le quita un problema de encima
al Maduro usurpador.
Mientras tanto, el bufón cruel y
perdedor,
Nicolás Maduro, sigue en el Palacio de
Miraflores,
pese a las protestas internacionales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario