viernes, 27 de abril de 2012

LA UNIDAD DE ESPAÑA, ANTE Y POR ENCIMA DE TODO.

 

El Presidente del PNV, Urkullu, a propósito de unas maniobras rutinarias del Ejército en Elgueta (Guipúzcoa), ha manifestado su indignación aludiendo a “ la mentalidad belicista y provocadora del Ejército español". Quiera o no, el País Vasco forma parte de España y nuestras Fuerzas Armadas pueden hacer la maniobras que sus altos mandos estimen convenientes y donde crean oportuno dentro de todo el territorio nacional.

Estos nacionalistas independentistas vascos sacan a relucir, a la menor oportunidad, la mentira de la nación vasca, delirada por el desquiciado Sabino Arana, y el victimismo por la opresión que dicen sufrir de España. No vamos a perder el tiempo desmontando tales falacias de unos "borrokos" que niegan la verdad histórica suplantándola por la por ellos falsificada y divulgada en tácticas propias de una secta.

Están forzando el discurso independentista y antiespañol para evitar ser desbordados electoralmente por la rama “política” etarra, por sus " chicos díscolos” que en mala hora ocuparon instituciones por vergonzantes claudicaciones y subterráneas componendas con los socialistas, con la guinda final del Tribunal Constitucional.

Ahora parece que el Gobierno del PP pretende seguir la política antiterrorista del PSOE del palo y la zanahoria, con la finalidad de que se disuelva la banda terrorista, cuando el solo tratamiento a aplicar es el de la estaca. De nada ha valido la zanahoria más que para premiarles en sillones oficiales, excarcelaciones, acercamientos y fugas inexplicables.

Todos deseamos que ETA se disuelva, pero no al precio que pretenden y que, paulatinamente se va pagando. Por encima de la disolución de la banda terrorista y los desvaríos nacionalistas está la unidad de España con todas sus consecuencias. Ningún gobierno está legitimado para consentir el descuartizamiento de la primera nación europea.

El nacionalismo independentista, terrorista o no, es insaciable. Cuantas más concesiones, más exigencias y su pretensión final no es otra que el secesionismo. Es cuestión de tiempo y de gobiernos que se presten a ello. De los socialistas nada nos extrañaba y los populares están dando motivos para recelar de ellos,  por defraudar a muchos de sus votantes y a las víctimas que en ellos confiaron.

No hay comentarios:

Publicar un comentario