El Gobierno, metido en plenas rebajas, ya ha presentado los presupuestos para 2012,pendientes de aprobar por las Cortes. Para recaudar dinero también se prevé una especie de amnistía fiscal para los evasores que no cumplieron sus obligaciones tributarias, a cambio de una pequeña sanción. Opiniones sobre la propuesta presupuestaria las hay para todos los gustos; ya provengan de gente que se dice experta, de los que se oponen por conveniencia política cortoplacista o de los que, creyéndose reyezuelos, abogan o amagan por la insumisión fiscal o descarada desobediencia.
El tiempo se nos echa encima, los acreedores ni perdonan ni dilatan la espera y aquí, mientras discutimos si son galgos o podencos, ni se crea empleo, ni se reactiva la economía. Unas regiones cargando el muerto a otras, casi todas haciéndose las víctimas ante el Gobierno cuando en algunas ha reinado el derroche escandalosamente, demasiadas inflando las deudas, y los principales responsables dando charlas magistrales sobre economía, ya sea Zapatero en Venezuela, o bien las huestes "rubalcabescas" recorriendo pueblos para explicar lo que hay que hacer y no hicieron cuando gobernaban. En este país no cabe un sinvergüenza más, por mucha cara de tonto que se ponga.
El personal, que es más largo que un día sin pan, comprende lo de lo recortes aunque no le guste; pero intuye y ve que se han quedado muchas medidas en el tintero, subsisten privilegios y saraos, hay reestructuraciones de puro maquillaje, que los ladrones de alto copete ni entran en la cárcel ni devuelven el dinero, que viven como marajás quienes han arruinado al pueblo y que hay sospechas de extraños apaños.
En definitiva: el sufrido espectador, no fiándose ni de su sombra, piensa que en este gallinero y patio de Monipodio alguien tendrá que poner orden. No puede hacer cada uno lo que le venga en gana y si, llegado el momento, hay que suspender alguna autonomía y reservar plaza en Alcalá Meco solo se precisa el BOE, pareja de la Guardia Civil( a la vieja usanza, con tricornio y largos mostachos) y un par de narices-hablando en fino- para hacerlo.
O el Gobierno, además de estrujarse la mollera para solucionar el problema, hace cumplir la Ley y mete en cintura a quienes pretendan sortearla, o corre el peligro de no renovar la legislatura. Hay muchos interesados en poner palos a las ruedas del carro, en que fracase y harán lo imposible para que así sea. No hacen falta avisos, bien lo saben; pero si se dejan...Lo malo es que al final a pagarlo España y los españolitos. O nos tomamos la cosa en serio o acabaremos mal .No valen las medias tintas.
Absolutamente de acuerdo! Pero, como hacer en tal complejas circunstancias....quizá el consejo es : Hacer lo menos malo, no lo ideal, pues en ocasiones hay tantos efectos secundarios que hay que ser muy proporcionado y, espero, temporalmente transigente.
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