El diario El Mundo de hoy publica un articulo del historiador británico Henry Kamen, encabezado con : “¿ Es tiempo de una coalición de partidos?”, poniendo ejemplos de cuando, en momentos de graves crisis, los partidos se han unido en torno a un objetivo común y, olvidándose de sus propios intereses, han dado prioridad al interés general, el de todos los ciudadanos,el de su país; lo que no ocurre en España dada la egoísta no receptividad de los partidos a tales planteamientos, más ocupados en aprovecharse de las malas circunstancias para arremeter unos contra otros, desgastar y desplazar al Gobierno de turno.
Kamen distingue entre coaliciones “ buenas” y “malas”. Entre las primeras, incluye a la que se produjo en Gran Bretaña durante la II Guerra Mundial “ con el fin de servir a los intereses del pueblo contra la agresión de la Alemania nazi, y la “ que los partidos democráticos han convenido en el País Vasco, donde han arriesgado su propia supervivencia al aceptar trabajar juntos contra el enemigo común que amenaza con destruir la paz, la libertad y la democracia”, en clara referencia a la banda terrorista etarra y su entramado.
Respecto a las “ malas”, cita el ejemplo de la actual en Grecia poniendo en tela de juicio su buena intencionalidad al servicio del país, y al tripartito que gobernó en Cataluña con permanente desmán y perversas intenciones de permanencia.
Finaliza el artículo con una noble aspiración :” Tal vez la crisis servirá para hacer que los partidos sean más conscientes de sus deberes hacia la nación”.
De su reposada lectura se desprende el ponderado juicio, cargado de igual o mejor voluntarismo, de tan ilustre historiador que tan bien conoce España y la idiosincrasia que nos caracteriza. Tal vez por ello, movido por afán conciliador, no se detiene en los peligros secesionistas ni en los reinos de taifas de nuevo cuño. En su lugar, plantea un interrogante sobre la viabilidad de una coalición “ buena”, que puede considerarse sutil invitación para que se lleve a cabo como modo de superar la brutal crisis que padecemos.
Tampoco un artículo, por docta que sea la pluma, permite concreciones merecedoras de un libro. Por nuestra parte no tenemos tan claro cuando califica de coalición “ buena” la de los partidos democráticos en el País Vasco. Toda coalición “buena” requiere recíproca lealtad, transparencia y voluntad de cumplir los compromisos adquiridos y en la referida han habido y subsisten más sombras que luces; a los hechos, sobradamente conocidos, nos remitimos; apuntan a traición.
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