miércoles, 31 de octubre de 2012

LA GRAN MENTIRA: “CÁRITAS DISCRIMINA”.

 

El diario de Córdoba recoge unas declaraciones del Secretario General de Comisiones Obreras (CCOO) en la provincia, Rafael Rodríguez, en las que refiriéndose a Cáritas, dijo que discrimina " en función de las creencias que se puedan tener, al menos esto es lo que yo vi en los medios, y esto pues, ya hemos visto como este tipo de situaciones se han utilizado por los Hermanos Musulmanes o por la mafia en un caso o en otro, es decir atender a las personas necesitadas para hacerlas adictas o adeptas".

El más que infame exabrupto lo hizo en el marco de una reunión de los delegados sindicales de CCOO y UGT , que contaba con la presencia de los responsables sindicales andaluces de los dos sindicatos mencionados, quienes nada le objetaron al respecto.

Es tan evidente la labor asistencial que presta Cáritas, por simple AMOR ( sí, en mayúsculas), desplegada por toda España, con miles de voluntarios y desprendidos colaboradores, que la gran mentira, proferida por quien es incapaz de rendirse ante la realidad, se cae por su propio peso. Le puede más, como a muchos de sus " compañeros", la fobia anti católica.

Lo que él y su sindicato ni se plantean, se lo ha propuesto Cáritas: abrir un economato en el barrio cordobés de Las Margaritas para atender a 200 personas y, como en toda su obra asistencial, a nadie se le pregunta por su nacionalidad, creencias ni filiación política. Cáritas no trata de reclutar adeptos entre los necesidades, sino atender a los más menesterosos.

La comparación con los Hermanos Musulmanes o la mafia es el paradigma de la falacia elevada al infinito. Si quiere hacer comparaciones que se mire a si mismo y a algunos dirigentes sindicales de su calaña, tal vez encuentre alguna similitud. No querrá verlas, pero le podemos enunciar algunas: radicalismo en la verborrea, fundamentalismo laicista, coacción de los piquetes " informativos", chantaje a cambio de paz laboral...y ellos, viviendo de la mamandurria con el cuento de la defensa del trabajador.

Nada tienen que ver con la honradez personal y el empeño desinteresado por la clase trabajadora del que, en vida, fue convencido comunista y líder de CCOO, Marcelino Camacho, en tiempos difíciles para el arriesgado compromiso. Perseguía un ideal, ahora la pretensión es bien diferente: instalarse y permanecer en el chollo.

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