martes, 23 de octubre de 2012

REFLEXIÓN TRAS LAS ELECCIONES GALLEGAS Y VASCAS

 

El triunfo arrollador de Núñez Feijóo, se debe a él y a la acción de gobierno llevada a cabo en Galicia. Es bueno para el PP, le proporciona cierto respiro a Mariano Rajoy, aunque sería temerario considerarlo como un inequívoco respaldo al Gobierno de la Nación que preside y , por tanto, no cabe confiarse; máxime cuando, sin ser el culpable de la crisis en todos los órdenes que desencadenó Zapatero y que trata de atajar, es objeto de contestación desmesurada a los diez meses de empezar a gobernar.

La fortaleza del PP en Galicia acaba de revalidarse; pero a nivel nacional y para que en las próximas elecciones generales ocurriera lo mismo, tendrían que apreciarse tangibles resultados positivos de la acción del Gobierno. Reconstruir lo destruido cuesta mucho, el tiempo corre rápido y hay muchos descalabros que afrontar con acierto.

En un contexto difícil y totalmente diferente, el descenso del PP en el País Vasco merece la oportuna reflexión; va de capa caída legislatura tras otra y aún reconociendo el coraje de sus dirigentes, militantes y simpatizantes en territorio hostil, serenamente se impone el meditar qué hacer para remontar el vuelo. Su capacidad de influir será poca o nula, tendrá que recuperarla y ganar terreno; la presencia de un partido español en el país vasco no debe resignarse a ser testimonial, nada ayuda el apartar esforzadas voces y testimonios como el obviar diagnósticos certeros.

El descalabro del PSOE en las dos comunidades obliga a una seria autocrítica en la política de sus dirigentes a nivel nacional y la de sus corresponsales en cada caso. El seguir las irresponsables ocurrencias de Zapatero, acuerdos con ETA y su entorno incluidos, con dejación de la españolidad, avergüenza a muchas de las "viejas glorias". Procede la renovación en constructivo, dejarse de dobles juegos y oportunismos a los que que son tan dados. El principal partido de la oposición a escala nacional precisa de la catarsis para convertirse en una alternativa fiable de Gobierno.

Lo más preocupante es el panorama que se presenta en el País Vasco ante el gran ascenso del independentismo radical anti español, tutelado por ETA y legalizado en su día por los 6 del TC que, si tienen conciencia y recuperan la dignidad, el remordimiento les acompañará hasta el final de sus días. Hay quienes dicen que es mejor tenerlos en las Instituciones a cambio de que callen las pistolas; eso suena a cobardía, traición a España y a las victimas del terrorismo. Se puede ser indulgente con el arrepentido; pero ETA ni se disuelve, no entrega las armas, no pide perdón ni se pone a disposición de la Justicia y los independentistas radicales, aupados al poder, se vanaglorian de ella en vez de repudiarla.

Si hubiera voluntad de evitar la desmembración de España, PSOE y PP deberían abandonar esquemas partidocráticos, renovar postulados, prescindir de ciertos personajes y abrir las ventanas a savia nueva con voluntad de aportar y desprendimiento, lo que no es fácil por la profesionalización de la política. Unidos en lo fundamental y discrepando en lo accesorio, se iniciaría el camino para recuperar lo que corre peligro: La unidad de España.

No hay comentarios:

Publicar un comentario