jueves, 20 de agosto de 2020

IDÍLICA ENSOÑACIÓN JUVENIL

 Está triste la muchachita.

 
No coincide en la calle
 
con su primera ensoñación juvenil:
 
jovencito de ojos azules
 
y melenita de pelo rubio.
 
Al cruzarse guardaban silencio,
 
sólo fijaban sus miradas entre sí,
 
siguiendo cada uno su camino,
 
mas al pronto volvían sus caras,
 
mirándose fugazmente con disimulo.
 
Ella se pregunta: ¿ Quién es,
 
dónde vive y dónde va
 
su idílica ensoñación ?
 
Lo mismo se interroga él.
 
Ambos desconocen
 
que su diario caminar
 
obedece al mismo fin:
 
visitar y atender a sus abuelos,
 
que solos se quedaron.
 
Las muchachas que los cuidan
 
se fueron de veraneo
 
y sus padres están de crucero.
 
La muchachita y el también
 
compungido jovencito
 
ansían coincidir otra vez,
 
detener el paso,
 
bajarse por un momento las mascarillas,
 
ver la intuida beldad
 
de sus rostros
 
que esconden aquéllas,
 
sonreír y decirse a distancia:
 
¡ hola ! 
 
Presumen que será un buen inicio,
 
para conocerse y quedar prendados
 
entre sí: la una y el otro.
 
Embrujo del verano
 
en ciudad adormilada;
 
estampa de ilusiones
 
al encuentro del inocente primer amor.

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