Después de hacer repetidas llamadas al 1004 de
telefónica-movistar, y escuchar siempre la misma cantinela ( diga su número de
teléfono y qué desea, le paso con un operador, todos nuestros operadores están
ocupados, manténgase a la espera o vuelva a llamar, esta conversación puede ser
grabada, alusión a la protección de datos, oferta de productos,etc.), no queda
más remedio que armarse de paciencia, perder tiempo y seguir intentándolo para
ver si, finalmente, consigues que alguien atienda la consulta que deseas
realizar. Mientras tanto, los minutos van pasando, se eternizan y la impotencia
se apodera de uno.
Dicen que muchos “ call-center “ están ubicados
en países sudamericanos, por razón de costes laborales, lo que es posible, dados
los acentos y modismos lingüísticos de bastantes interlocutores
hispanohablantes. Para los no avezados en el uso del teléfono móvil, les resulta
difícil seguir y comprender las indicaciones que se les dan para solventar el
problema o la información requerida. Ha habido, al menos, un caso curioso en el
que al decir el técnico:” ponga tales palabras en el navegador ” , la respuesta
desternillante ha sido: “ No tengo barco ni sé navegar “, ante la sorpresa e
incredulidad del consultado por tamaña ignorancia. Pero también, por la otra
parte se dan, aunque pocas, situaciones absurdas cuando deletrean las palabras
para escribir en el navegador, como cuando un técnico-asesor dijo: “ A de
España “ en tres ocasiones seguidas, teniéndole que aclarar que España empezaba
por E, a lo que el buen hombre contestó : “ Todas las personas nos equivocamos
“.
Con todo, los empleados de los “ call-center “
citados suelen ser pacientes y educados, recordándote al final de la
conversación que en unos días recibirás una llamada, para saber tu grado de
satisfacción por la atención recibida, que se puntúa de 1 a 10, agradeciéndote
de antemano si la calificación es la máxima. Lo expuesto, a título de ejemplo,
es aplicable a otras empresas de telefonía, dependiendo de la amplitud de su
expansión territorial interna o internacional.
Actualmente muchos van cambiando de compañía a
compañía, para ver cuál le satisface más, volviendo con frecuencia a alguna de
las anteriores, pero la gente de adelantada edad suele seguir fiel con la que
contrataron por primera vez. Ahora bien, por desconocimiento de los intríngulis
del teléfono móvil y del ordenador, prefieren personarse en la oficina donde son
conocidos, para que les solucionen el problema que les trae de cabeza. Y es que
no hay nada como el contacto personal, cara a cara.
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