Los negacionistas del Covid-19 son un peligro
social y para la salud pública. Difunden por las redes sus descabelladas
opiniones, carentes de un mínimo rigor científico y mezcladas muchas veces con
fabulaciones conspiranoicas.
Entre los negacionistas hay sujetos de diferente
condición social, y de mayor o menor fama o ninguna. Hay también algún que otro
médico, que obviando la deontología profesional, y evidenciando su escasa o nula
pericia epidemiológica, se suman a esta corriente, siendo sus opiniones, basadas
en planteamientos pseudocientíficos, desautorizadas por las sociedades
médico-científicas, que ponen al descubierto la falsedad y el error de sus
posiciones negacionistas.
Unos niegan la realidad de la pandemia, otros la
utilidad de la medidas preventivas e, incluso, la de los fármacos que se están
aplicando. Mantienen que las vacunas son ineficaces y peligrosas, cuando todavía
se encuentran en ensayos clínicos. Viven en
otro mundo- el suyo propio- ausentes de la realidad circundante. Pero su
peligro estriba en los muchos inocentes e incautos que se creen sus
paparruchadas, y por ello no guardan la medidas de seguridad e higiene
recomendadas, contribuyendo a la propagación del virus.
Tales negacionistas, si no quieren ponerse la
mascarilla, que se pongan o les pongan un bozal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario