Hay complexiones y andares,
que viéndolas por detrás,
revelan la procedencia extranjera
del que camina por delante,
sin ver sus rasgos faciales.
Generalmente son personas
emigrantes,
mujeres hispanoamericanas,
venidas desde lejanas tierras deprimidas,
para trabajar, que conservan
sus genuinas hechuras y complexiones
.
Te las encuentras en las calles,
acompañando a personas mayores,
y cuidando de ellas, en los
supermercados,
en las colas de los centros de salud
y por donde quiera que vayas.
Bienvenidas sean, si corresponden
con esfuerzo y gratitud, a la acogida
facilitada;
prestando servicios rehuidos por los
naturales de aquí y difíciles de
cubrir.
Especial reconocimiento merecen
las que cuidan con cariño a la
ancianidad y los desvalidos.
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