jueves, 22 de mayo de 2025

EL TESORO DE LA AMISTAD

  

Sin perder la cortesía,
 
en el primer contacto
 
hay que verse de cerca,
 
sin fundirse en un abrazo.
 
Ser precavido, no comportarse
 
con altanería, saludar y esbozar
 
una ligera sonrisa.
 
A primera vista, se observa
 
el rictus, las gesticulaciones,
 
escuchándose el fondo
 
y la forma de hablar.
 
De la primera impresión,
 
puede surgir rechazo o cercanía,
 
curiosidad o desinterés,
 
aversión o empatía que,
 
si se frecuenta el mutuo trato,
 
se confirmará o desvanecerá.
 
Si hay recíproca sinceridad
 
y respeto, pese a puntuales discrepancias,
 
brotará una nueva amistad.
 
Si ello sucede, se comparte un tesoro,
 
que conviene conservar y mimar.
 
Malas son la soledad y la misantropía.

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