Adiós, precioso mes de Mayo.
Con tu final llegan los abrasantes
calores,
el inicio de las estivales
vacaciones
y sus ilusionantes amores.
Éstos podrán fraguar o desencantar.
Testigos de ello son las olas del
mar,
que vienen y van; los otros lugares
escogidos, para abandonar la rutina,
desestresarse, hacer turismo, solazarse
en la sombra o
bajo la mirada
de la curiosa noche estrellada.
Hay veraneantes que prefieren ir a su
aire,
sin compromisos ni ataduras; otros
optan
por visitar a sus familiares y
tierra
de natal origen, y se dan casos para
ampliar estudios o misionar.
El veraneo es un lujo inalcanzable para
muchos
y, por diferentes razones, harto
comprensibles.
¡ Buenas vacaciones a los que las disfruten
!
Quedarse en casa, si no hay otro
remedio
o se prefiere no viajar y evitar
bullicios,
es otra forma de descansar, hasta
que
regresen los que se fueron y vuelvan
a dar la matraca.
Aunque no se quiera admitir, se
añoran
las ausencias, máxime si se vive en
soledad.
Y “ como hay gente pa tó “, como
dijo
Rafael el Gallo, se suplirán los
vacíos
con los habituales que, durante todo
el año, llenan las terrazas de los
bares
sin dar un “ palo al agua “. Éstos
están
de vacaciones permanentes, a costa
de chanchullos y exprimiendo al
Fisco;
costeando con ello, si no “ trapichean
“,
sus “ esnifadas “ y repetidas cervezas.
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