martes, 6 de mayo de 2025

LA SIBILINA ESCLAVITUD

  

 
No es un acto de ciudadana ejemplaridad
 
mantenerse callado y sumiso
 
ante el contumaz oprobio y desdén
 
de la bota gubernamental.
 
Lo que sucede, como en el apagón general,
 
es que imperan la impotencia y la incredulidad.
 
El común, atrapado por la sorpresa y la
 
falta de explicaciones, quedó paralizado y
 
sin saber cómo reaccionar.
 
Tal pasividad se arrastra desde la pandemia,
 
excusa para esclavizar a la gente que,
 
atemorizada e indefensa, no se atreve
 
a levantar la voz ni a plantar cara
 
a los prepotentes y responsables, cualesquiera
 
que sea su participación, de los reiterados
 
y pavorosos aconteceres que atenazan la Nación.
 
Toda paciencia tiene un límite.
 
Enfrentémonos legalmente a la dura y oprobiosa realidad.
 
Detengamos el avance de la porquería y la desfachatez
 
que nos invaden, antes que nos aplasten.
 
Librémonos de las cadenas de la sibilina esclavitud.

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