“ Por falta de un clavo se perdió una herradura,
por falta de una herradura se perdió un
caballo,
por falta de un caballo se perdió un
jinete,
por falta de un jinete se perdió la
batalla,
y por falta de la batalla se perdió el reino
“.
Así reza el conocido poema, y cada
cual
haga las asociaciones que quiera.
La acumulación de continuados
dislates
y sus subsiguientes disparates,
han hecho perder los clavos y las
herraduras,
desbocarse el hispano caballo, y sin
un
jinete bravo, que tire de las
riendas
y acabe con los locos desvaríos.
Perdida la batalla, al Reino
le auguran corta vida. Su titular
reina, pero no gobierna; debería
dar un puñetazo en la mesa,
dejarse de contemplaciones y
prescindir de traidores y truhanes.
Los tiempos, extremadamente
convulsos,
requieren medidas excepcionales,
no andar con contemplaciones,
y ser el primero en tirar del carro,
que transporta la basura,
para arrojarla al estercolero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario