¡ Ojo, playeros y bañistas !
Las medusas merodean
por la orilla del mar.
Sus picaduras son molestas;
su veneno, a veces, fatal.
Hay que estar al tanto,
para a tiempo divisarlas y
sortearlas.
Pero las humanas, que las hay en demasía,
caminan o reptan
por la arena,
buscando presas
fáciles, a las que poder
arramblar sus bolsos y pertenencias
o atentar contra la libertad sexual
con alevosía, sea de día o con
nocturnidad.
Estas medusas terrestres,
solitarias o grupales, no pican
por defenderse, sino por hacer el
mal.
Actúan en las playas, en las urbes,
en terreno secano o de regadío;
no respetan las estaciones del año.
Haga calor o frío inyectan su veneno
dañino.
¡ Buena suerte veraneantes,
volved sin picaduras ni percances
!
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