Para vencer al enemigo,
hay que conocer su mentalidad,
intenciones, tácticas y estrategias,
para reforzar las posiciones propias
y no dejarse sorprender.
Cuando aquéllas se saben de
antemano,
y no se reacciona con eficacia y
prontitud,
se le proporciona munición al
adversario
que, si es interno, pretende traicionar a la
Nación
y escindirse de ella, y, si es externo,
se obsesiona con invadirla y
reconquistarla.
España está en declive, muestra sus sangrantes
fisuras.
Las aves rapaces revolotean en torno
a su postración. No hay, de momento,
galeno
que la cure, ni tirador certero que
abata
al buitre devorador.
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