El “ Vendepatria “ sobrepasa
el culmen de la corrupción.
Dilapida la histórica herencia,
en depósito recibida,
para conseguir votos y adhesiones
de los enemigos de la Nación,
convirtiéndose en rehén
de su propia traición.
Se aferra al cargo a base de
concesiones,
regalías a trote y moche,
creyéndose que está en el olimpo de la
dioses.
El cortejo que le acompaña y adula
son machacas complacientes con las
decisiones del “ puto amo “, que les
da de comer y hace la vista gorda,
siempre que no trascienda, si
alguno de ellos “ mete la mano
en la caja o en el ajo “.
El Vendepatria- histriónico,
megalómano
y mentiroso compulsivo- tiene vetada
la entrada en el Olimpo de los
dioses.
No es un héroe mitológico, sino un
simple mortal, que lucha por su
supervivencia monclovita , y
obsesionado
de cómo le tratará
la Historia.
Aquí, como Vendepatria, hace tiempo
que retratado está.
No hay comentarios:
Publicar un comentario