miércoles, 27 de julio de 2011

HAMBRUNA EN SOMALIA

 

Cuando repentinamente aparecen imágenes en prensa y televisión, sobre la hambruna que azota a algunos países, con especial incidencia actual en Somalia, solemos apartar la vista, no queremos verlas, como instintiva reacción para engañar nuestras conciencias y alejar sentimientos de culpabilidad.

Y es que realmente te sientes fatal cuando ves que en el mundo de hoy, del que formas parte, en el que tanta comida sobra, donde se derrocha sin medida, donde el desmesurado consumismo reina y gastamos en cosas superfluas, donde el más necesitado por indigente tiene a mano un plato de caliente y ayuda, sin importar quién la proporciona o cómo se obtiene, donde tanto alimento sobrante queda en el plato y va a la basura, donde cuidamos a los animales de compañía como si fueran hijos,…hay zonas en las que los buitres y demás especies carroñeras tienen el sustento asegurado con la sola piel que cubre los huesecillos y los ojos vacíos de cadáveres que momentos antes eran niños sin fuerzas ya para un suplicante llanto.

Es una vergüenza para la humanidad, en especial para quienes rigen sus destinos, que esto suceda y se permita en la modernidad; y cuando se adoptan medidas por los Organismos internacionales y naciones “civilizadas”, a remolque de las reiteradas denuncias de quienes tratan sobre el terreno de paliarlas ( sean voluntarios civiles, religiosos, periodistas o de parte afectada), ya ha habido demasiada desolación y muertes por absoluta inanición.

Con razón nos sentimos culpables al ver tales imágenes; nos ha faltado determinación para sublevarnos exigiendo la prioritaria “guerra” preventiva-reactiva continuada: contra el hambre,falta de agua, desolación , total desamparo  y desplazamientos obligados por la supervivencia ; esas mínimas necesidades vitales que tienen sobradamente aseguradas los animales de compañía . Y por supuesto contra quienes provocan tales calamitosas necesidades o añaden rigor a las adversidades climatológicas, se aprovechan de las mismas, obstaculizan la llegada de ayudas o las distraen.  Contra éstos, a muerte y sin cuartel.

No todos podemos ser una Madre Teresa de Calcuta, un Vicente Ferrer o una de las millares de personas laicas o religiosas, en todo caso la mayoría desconocida, que a título individual o como integrantes de una fundación, asociación o institución, mal viven con la extrema paupérrima miseria, en entrega total solo concebible desde el Amor o Solidaridad para o con los más necesitados, en constante sacrificio y renuncia personal aún a costa de comodidades o de su propia vida.

Los restantes aceptamos con agrado que nuestros impuestos,. incluso menor bienestar, tuvieran la prioritaria finalidad de remediar los males a que nos referimos. En ese sentido bien nos parece la contribución española y no las que ha desperdigado, para otros fines, en chorradas sin pies ni cabeza. Corresponde a los gobernantes el asegurar el primordial buen fin y las prioridades.

No hace mucho escuchamos al Dr. Cavadas decir, con el aval y la autoridad de conocer perfectamente el drama por sus actividades médico altruistas en África en situaciones extremas, : “ Lo importante es el cariño, lo demás es impostura o puede serlo”. Si traducimos” cariño” por “Amor”, es una receta universal válida para toda persona de bien con independencia de credos, y ambos términos, a  nuestro entender, implican asistencia, proximidad y ternura sin contrapartidas.

Hemos querido, como primer paso en el ineludible compromiso, dejar de apartar la vista y ver varios de los vídeos, disponibles en Youtube, sobre la Hambruna en Somalia de los que se incluye uno((“ONU declaró estado de hambruna en Somalia 23 de Julio”) No es plato de buen gusto, pero es que los niños somalíes nada tienen con que llenarlo, ni fuerzas para levantar un vaso  en el que echar unas escasas gotas de agua con las que aliviar sus labios agrietados.

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