Entre las diversas ciudades españolas que optaban a ser nominadas como Capital Europea de la Cultura en 2.016, el jurado ha recomendado que lo fuera San Sebastián; jurado compuesto por trece miembros de los que seis fueron designados por el Ministerio de Cultura del Gobierno español( casualidades de la vida, 6 fueron los del TC que legalizaron a BILDU y el 13 el de la mala suerte ).
Tradicionalmente es un reconocimiento a la riqueza cultural de la ciudad elegida y a la de la nación a la que pertenece. Entre los argumentos esgrimidos para tal nominación, además de los merecimientos culturales, aparece el apoyo al proceso de paz, inferido de la propuesta donostiarra de rebelión cívica contra la violencia; según explicaciones del Presidente del comité seleccionador, Mandred Gaulhofer, como recogen diversos medios.
No tienen vergüenza ni la conocen los seis designados por el Mº de Cultura, porque saben que los pro terroristas de BILDU gobiernan el consistorio y lo que ello implica. En cuanto a los siete extranjeros, parece que les han vendido la burra con lo de la paz y también han tragado, sin reparar que los actuales ediles con adscripción filo etarra, con su Alcalde a la cabeza, no son precisamente émulos de Teresa de Calcuta ni de Indira Gandhi, aunque deberían saber la clase de canalla ya que se les supone personas cultas y estar informados suficientemente de lo que ocurre en el País Vasco.
Con razón se quejan los alcaldes de las otras ciudades aspirantes que denuncian “razones políticas”; como el de Zaragoza, Juan Antonio Belloch quien, por socialista y relevantes cargos desempeñados, bien conoce a los de su camada y de lo que son capaces. Una vez más nos encontramos ante tufazo de chanchullo gubernamental. Para dejar las cosas claras conviene puntualizar:
San Sebastián, por si misma y tradición cultural (con c, no con k) es acreedora al galardón; pero quien gobierna actualmente la Ciudad ennegrece su belleza.
Las restantes aspirantes, en especial Córdoba y Zaragoza, tienen sobrados méritos.
BILDU, que detenta ( está bien aplicado el verbo, no ostenta) el Ayuntamiento donostiarra, reniega de España, suprime sus símbolos, aspira a la independencia y homenajea a los terroristas, recibirá millones de euros como subvención y no hace falta ser muy listo para saber a qué los va a destinar. Utilizará el galardón para su proyección internacional, para presentarse como la voz de los oprimidos secularmente por la bota española, hará pasar a los asesinos por víctimas y héroes de la libertad,…y lo que todos sabemos, séase patriota o traidor.
Si los pro terroristas que hay en BILDU son desterrados de las Instituciones y devueltos al corral de la ilegalidad antes de 2.016, ya habrán hecho su camino propagandístico y cuantas tropelías cabe imaginar; por supuesto contra España y la auténtica cultura. En tal año y en sus prolegómenos celebrarán su particular y paralela “capital de la kultura”( ahora con k), y si no también.
¡ Vaya sarcasmo el reconocer la paz!. ¡Como no sea la paz de los cementerios! Lo sentimos por San Sebastián y la buena gente de allí, que la hay y mucha. Si este despropósito de premio no se para, dadas las actuales circunstancias, habría que darle otro nombre: el de la kultura ( otra vez con k) de la muerte; simbolizado, además de por el hacha y la serpiente, por traicionera guadaña. Con BILDU en el Ayuntamiento no era el momento. Sin BILDU y sus brazos" políticos" de ETA ni la falacia de la paz, hubiera sido otro cantar.
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