AL MENOS, UN TIRÓN DE PLUMAS.

 

Hay un tipo, un tal Jair Domínguez, del que se dice es periodista, guionista, escritor y activista catalanista que, al caso que nos ocupa, sería del mal el menor, cuyo oficio es el de insultante provocador.

Lanza sus venenosos dardos y, posteriormente, ante los jueces se disculpa: me han interpretado mal, no era mi intención ofender, es que hay gente susceptible que no entiende mi ingenio ni comulga con mi libertad de expresión.

De eso parece vivir el hombre, que en otros lares no darían cobijo a su “ talento”; pero en la libérrima y timorata España se da vía libre a cualquier malévola procacidad sin gracia, aunque provenga de un tonto por títulos universitarios que tenga.

En su largo haber figuran el tiro al blanco al Rey, al de un columnista catalán que no es de su agrado, el deseo que mueran los jugadores de la selección española de futbol ( “ Lo que necesita España para reaccionar es un devastador accidente aéreo en el que mueran de forma horrible todos los miembros de la Roja” ), y una larga lista de “ gracietas” más.

En su perversa inanidad no podía faltar la ofensa a los sentimientos cristianos, que delata el solo título de su libro “ Jesucristo era marica” y que, a ciencia cierta, también habrá causado indignación en muchos de los homosexuales creyentes, con independencia del debido respeto que todas las personas merecen cualquiera que sea su orientación sexual.

Obvio es señalar que en Irán, y en el resto del orbe islamista, la misma atribución hecha a Mahoma le habría conducido directamente al patíbulo, o hubieran puesto precio a su cabeza en caso de residir fuera de ese mundo. Incluso cualquier país democrático, respetuoso con todas las creencias, no toleraría algo así contra el Profeta Mohammed o pondría impedimentos.

Pero el mozo vive en España, dentro del acomplejado Occidente, se ha referido a Jesucristo y por eso se hace el gallito. Sabe que, por supuesto, no le van a rebanar el cuello, ni se desea, ni pasará una temporada entre barrotes; pero, al menos, un tirón de plumas que le escociera no le vendría mal.