viernes, 28 de junio de 2013

LA PREVISIBLE PRISIÓN DE BÁRCENAS.

 

Sobre el ingreso en prisión de Luis Bárcenas hay quienes se preguntan ¿ por qué ahora sí y antes no ?, cuando estaba cantado que algún día tendría que ser, preventivamente durante la instrucción o por sentencia condenatoria, a la vista de los hechos que le incriminan y han salido a la luz.

El Juez que ha ordenado la prisión preventiva incondicional, a petición de la fiscalía, parece metódico y pulcro en sus investigaciones, al decir de los que conocen su trayectoria profesional, por lo cabe suponer que ha sopesado y fundamentado con rigor jurídico la medida adoptada como sostienen acreditados juristas.

El revuelo mediático armado obedece en pura lógica a que Bárcenas fue el tesorero del Partido Popular y no ha dado convincentes explicaciones, hasta el momento, de la gran fortuna acumulada durante años y que, de paso, siembra sospechas de financiación ilegal de dicha formación política. Práctica rechazable que, de ser cierta, no llevaría a rasgarse las vestiduras de no haber contraprestaciones ilícitas, por cuanto afecta a otros partidos e incluso dirigentes del PSOE fueron condenados por ello.

Es lamentable, pero con estos bueyes se ha arado y confiemos que la proyectada Ley de Transparencia impulsada desde el Gobierno, con aportaciones de otros partidos, ayude a erradicar los malos hábitos instalados en la vida pública.

En cualquier caso, resulta alentador que la Justicia siga avanzando en esos caminos que parecían intocables y que el Gobierno no haya puesto trabas a la petición fiscal de prisión para Bárcenas. Algo está cambiando, aunque la utilización partidista de las causas judiciales referidas a los políticos seguirá. A muchos sólo les interesa apear del poder o erosionar al adversario, invocan Justicia y Verdad cuando sus adentros muestran la indiferencia del ¿ qué más da ?.

En cuanto a las especulaciones de si Bárcenas tirará o no de la manta, es cosa de él saber si tiene de dónde tirar, a quién arrastrar y en qué le podría beneficiar. Mal le pinta el asunto y nada tiene que temer quien nada tiene que ocultar.

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