Dar o regalar lo que no es tuyo,
sin justa ecuanimidad, es servirse
de la “ poltrona “, para conseguir
sumisiones,
comprar votos y mantenerse en el
poder,
a costa de empobrecer a la clase
media,
esquilmar a los que, merecidamente,
más tienen y crean empleo.
Salvo a los realmente necesitados, desvalidos o
impedidos,
se mantiene o premia a los que,
pudiendo, teniendo la edad idónea,
condiciones
y ofertas para laborar, no quieren
trabajar.
Éstos, saben y
se intercambian los trucos y
engañifas,
para exprimir las ubres del bienestar
social.
No son controlados, como sería debido,
para no espantar a la “ clientela “
agradecida.
Con tantísimo dispendio fraudulento,
desorbitado
y mangancia, se
resienten y merman los recursos
necesarios, para
que funcionen, correctamente,
los servicios y
las conquistas sociales que,
con sacrificio y
acertada gestión administrativa,
se consiguieron, entre todos, alcanzar.
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