No se puede misionar sin los misioneros,
entregados a tan excelsa vocación.
Conforman la vanguardia de la
Iglesia
en favor de los más débiles y
desprotegidos,
sean creyentes o no, necesitados de desprendida
y amorosa ayuda,
para intentar salir del angustioso
y vergonzante pozo en el que se hallan.
La Iglesia católica celebra mañana el Día del
Domund,
Jornada Mundial de las Misiones, en la que de
una
manera especial se reza por los misioneros
y se colabora con las misiones, siendo el
lema
de este año: “ Misioneros de esperanza entre
los
los pueblos “.
Los que estamos en la retaguardia hemos
sido
invitados, un año más, al rezo y a la
colaboración.
Elevemos nuestras oraciones y
contribuyamos
económicamente, según las posibilidades de
cada
cual, a la labor misionera.
Las plegarias serán atendidas y la
generosidad
será recompensada.