Ante lo que parece inevitable,
si no es bueno, no hay que resignarse.
Nada de tirar la toalla,
sino echar para adelante,
desafiando al mal hado trance.
España no está muerta,
sino dormida; hay que despertarla
del coma inducido al que,
felones, la han sometido.
Es preciso desterrar el pesimismo
que embarga a su buena gente,
y salga a flote la gallarda bravura
en defensa de la Madre Patria.
Este anhelo se considera retrógrado,
de otros tiempos, no acorde con los
actuales; pero es un suspiro lanzado
al viento y una ensoñación, para que
los idealistas buenos hijos,
desesperanzados y afligidos,
se animen a recoger el guante.
Nunca es tarde, cuando todo
parece perdido, para levantar el ánimo,
superar el abatimiento que embarga
el alma e ir en
socorro de la Amada.
¿ Realidad, quijotesca locura o utopía
?
Sea lo que sea, expuesto queda.
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