Gira, Gira, carrusel de la vida.
No te detengas, no pares.
No llegó el final todavía.
Tienes cuerda para rato.
Los que voltean, montados
en ti, no
quieren apearse.
Prefieren seguir cabalgando
a lomos del caprichoso caballito,
brincando hacia arriba y hacia abajo.
El billete para el tiovivo
tiene caducidad, sin fecha marcada
y sin posibilidad de renovar.
Tras la primera vuelta,
empieza la cuenta atrás.
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