jueves, 6 de mayo de 2010

Carrillo. Genio y figura, hasta la sepultura.

Cuando Santiago Carrillo fue detenido por la policía en Madrid, a principios de la transición, tras entrar en España con documentación falsa y peluca, fue exhibido en TVE. Por aquel entonces un policía de “la secreta”, como se la denominaba coloquialmente, me comentó en la cafetería madrileña en la que casi regularmente coincidíamos a primeras horas de la mañana, que si bien se alegró con la detención, le produjo sensación contraria el verle expuesto ante los telespectadores.

Le constaba, según sus documentadas palabras, que era un asesino, culpable de las matanzas de Paracuellos, traidor a muchos de sus compañeros comunistas(libros o memorias, escritos por ex camaradas suyos, detallan las múltiples felonías y los muchos cadáveres de “compañeros” comunistas que ha ido dejando por el camino ¡ menuda pieza!), y algunos cosillas más….En el transcurso de la conversación seriamente afirmó: Soy un profesional, si Carrillo fuera condenado a muerte y me tocase formar parte del pelotón de fusilamiento, lo haría y le dispararía ; pero si fuera puesto en libertad y, por un casual, me ordenasen ser su escolta, obedecería y cumpliría; añadiendo: si viera que alguien iba a disparar contra él ,con mi cuerpo por delante intentaría proteger su vida.

Confiaba en quien por la “química” que se establece con quien compartes café y porras y sabía que decía lo que sentía. No se vio en situación de hacer una ni otra cosa; ni noté en aquel hombre, que desarrolló prácticamente su vida profesional en el franquismo y conocía tantos secretos que se los llevó a la tumba, atisbo alguno de venganza ni odio. Por el especial cometido profesional que desempeñaba conocía, de primera mano, las peripecias, miserias, traiciones y delaciones de tantos luchadores antifranquistas o que presumían de haberlo sido, como para escribir voluminoso libro de historia rayante en novela negra.


Lo anterior viene a cuento del aún, pese a la ancianidad, lenguaraz Carrillo. Es increíble, cuando hace muchos años que, como mínimo, debería estar en su casita, paseíto por algún jardín, con la boca cerrada, vivir los más apaciblemente que le permitiera el horror causado por él en su pasado. En vez de esto no pierde ocasión para, en intervenciones públicas, reiterar conceptos y calificativos trasnochados de la dialéctica comunista. Perseverante en su pasado, no hay en el ninguna muestra de arrepentimiento por sus largos años de reiteradas atrocidades. Sigue siendo el mismo monstruo con, ¡menos mal!, las facultades físicas mermadas por el transcurrir de los años.

¿Cómo se atreve, precisamente él, a hablar del “genocidio franquista”? Un mínimo de pudor debería llevarle a pasar desapercibido y dar gracias a que ningún familiar de los asesinados en Paracuellos le hubiera aplicado su misma receta.

Sobre el fallecimiento de Franco dijo que “no merecía haber muerto en la cama”. Yo le deseo- a Carrillo- que cuando le llegue el momento sea en su cama y sin dolor; pero, a cambio, le pido el favor que deje de” dar por culo “cuando, en consideración a su avanzada edad, reprimo las ganas de mandarle a que le den por el mismo o por el esfínter bucal, dada la mierda que de sus labios desbordante fluye sin cesar"


Para finalizar una confidencia que me hizo el policía aludido al principio: En vida de Franco, los servicios de información detectaron a unas personas que se dirigían en tren a Francia para matar a Carrillo. Dada la gravedad del asunto se le notificó de inmediato a Carrero Blanco quien, en el acto, dio orden que fueran interceptadas, lo que así se hizo antes de cruzar la frontera, salvándose Carrillo del ajusticiamiento; aunque siguió con su odio revanchista y en él continúa. Que cada cual saque sus conclusiones y valore las diferencias.


Pero es que el viejo diablo no para. Hace unos días ante las cámaras se lamentaba de que aún quedaban franquistas( el 40/% de la derecha). Yo no se cuántos quedan, pero no tan malos tienen que ser cuando le han permitido llegar a su longeva edad. ¿Le sabe mal no haber tenido tiempo ni ocasión para enterrarlos a todos en otros Paracuellos? ¡Genio y figura( macabra por cierto) hasta la sepultura!


Gracias, amigo Policía, por los desahogos en torno a un café. Te fuiste sin hablar ni escribir lo que a tantos hoy sonrojaría. Sigue descansando en paz.

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