La crisis económica, desempleo, deuda,……..que, entre otros países, sufre especialmente España, sigue centrando la atención en todos los niveles de la sociedad, con opiniones encontradas sobre soluciones de urgencia, de economistas, políticos, sectores varios y analistas especializados. No voy por tanto a meter baza en este grave problema, en cuyo reconocimiento si hay coincidencias, por mis paupérrimos conocimientos en la materia.
Tan solo puedo decir en palabras comprensibles, aunque todo está más que discutido, que los dineros públicos hay que administrarlos cual la economía tradicional doméstica o familiar: no gastar más de lo que se ingresa, ahorro, nada de gastos superfluos, sacrificio, digna austeridad, etc….Creo que son premisas fundamentales a observar por quienes tienen la obligación de solucionar este monumental desaguisado, tanto a nivel central, autonómico como local. Sobran demasiadas tarjetas “ oro”, comidas de trabajo ( el trabajo en su lugar: despacho ), asesores (¿ para que están los funcionarios técnicos?),muchos de los escoltas( el o los precisos y a quien proceda), excesivos vehículos oficiales( el particular, a pie o transporte público haría que conocieran muchas realidades del pueblo), viajes promocionales “ a cuerpo de rey” ( con frecuencia meros pretextos para hacer turismo a costa del contribuyente), pintorescas “ embajadas autonómicas, desorbitado número de funcionarios( empresas de colocación para amiguetes y afines) y así podríamos seguir hasta…………; pero en vez de estas elementales medidas correctoras se utiliza el “ tu más”, “ hoy por ti y mañana por mi”, “ do ut des” .
Respecto a estas “recetas caseras”, se suele mirar para otra parte. Como nuevos ricos se comportan, tanto se esté en el poder como en la oposición (en este caso hay menos oportunidades); pero con el dinero de los contribuyentes .Las medidas más complejas para los entendidos en macro economía y finanzas.
Dicho lo anterior, las generaciones evolucionan, las crisis económicas en algún momento tienen su fin (los expertos hablan de ciclos) como los terremotos, cosa diferente es la magnitud del desastre, lo que se lleva por delante y tiempo para la recuperación-reconstrucción.
Pero hay asuntos de mayor trascendencia y calado: los valores de una sociedad, en este caso la española, los que la identifican y conforman como nación, patria común e indivisible. Esos valores (cívicos, educacionales, culturales, de honda raíz cristiana, familiares, humanistas,etc……..) que en los últimos años han ido diluyéndose, usurpados por los de signo materialista, de relativismo y laicismo militantes que campan a sus anchas. No es tarea fácil recuperar aquellos, como tampoco frenar la metástasis de estos; pero es deber de intentarlo. La herencia recibida de nuestros antepasados no puede ser dilapidada.
Habrá que volver sobre el tema y por armas: la palabra, el escrito, la denuncia, el boca a boca; con la convicción y el ejemplo que no excluyen las buenas formas educacionales.
¡Muy bien!
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