miércoles, 4 de mayo de 2011

EL SILENCIO INTERIOR

 

A veces conviene hacer un alto en el camino, desviarse del sendero, adentrarse en el frondoso arbolado, tomar asiento en las rugosidades que, cual piernas nacidas de la base del arbóreo tronco, se presentan en formas caprichosas a ras del suelo; cerrar los ojos y escuchar en silencio tu interior. El trinar de los pájaros será la armonía que, en deleitante atmósfera,  te guiará a los recónditos misterios del alma, a tu yo, al encuentro contigo mismo.

La alienante sociedad nos atenaza en su depredadora vorágine más cruel. Pero el hombre, en su fortaleza y grandeza como ser único e irrepetible, es capaz de afrontar y superar cualquier adversidad. El escogido silencio, para facilitar la introspección, es una valiosa herramienta a la que poco se recurre y que actúa como bálsamo reparador, En cierto modo a él se refería Fr. Luis de León ( siglo XVI ), en el poema “Vida retirada” que iniciaba así:

“ Qué descansada vida

  la del que huye del mundanal ruido

  y sigue la escondida

  senda por donde han ido

  los pocos sabios que en el mundo han sido “

Los que no podemos o no aspiramos a huir del mundanal ruido y tenemos que convivir con él, podemos apuntar más bajo, dejándonos arrobar por momentos de aislada y reflexiva quietud  como la que preconiza un anónimo texto:” entra en la paz del silencio, calma ese mar de deseos, ese mar de ilusiones, deja que la calma te invada, deja que el silencio te posea, en ese momento lo viejo desaparece y lo nuevo nace en ti.”

Si el bosque te pilla lejos, siempre tendrás a mano aislada habitación en penumbra, o recinto en cuya puerta un cartel  advierte: “ Guarde silencio, respete este lugar sagrado “

1 comentario:

  1. Bonita reflexión e invitación al mismo tiempo.

    Es cierto que cada vez hay menos quietud, también es cierto que nuestras conversaciones interiores, a veces convulsas, no nos ayudan como quisieramos. Yo, creo que es bueno siempre, pero sobre todo es bueno saber positivamente plantear, pensar, llevarlo a un plano previo que nos ayude a sentir mejor, porque cuando te sientes mejor piensas mejor y dices bien.
    En cualquier caso y para los más neófitos, entre los que me incluyo, siempre nos quedará el amigo, la confidencia, el desahogo y el consejo, que bien gestionados son un bálsamo equilibrante en la mayoría de las ocasiones.

    ¡Consigamos ambas cosas, la quietud a través de la reflexión y la interacción con las personas deseadas!

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