La Corte
Suprema de Argentina
ha condenado
a la ex presidenta
Cristina
Fernández de Kirchner,
de largo
historial peronista y populista,
a 6 años de
cárcel y de inhabilitación
perpetua
para ejercer cargos públicos.
Por
unanimidad, ha confirmado las
las
sentencias, contra ella dictadas
por los
tribunales inferiores, que la
consideraron
“ culpable de administración
fraudulenta
en perjuicio de Estado “.
Para
entendernos, digamos corrupción.
Como era
previsible, El Grupo de Puebla
y el ex Juez
español, Baltasar Garzón-
“ admirador
“ de la susodicha Cristina, y que
fue
condenado,
en 2012 a 11 años de inhabilitación
por
prevaricación- han salido en defensa de ésta,
tildando
de “ lawfare “ las condenas contra
ella.
Suerte ha
tenido la mujer, que por su edad- 72
años –
podría librarse de no entrar en prisión.
Al final se
cumple el refrán: “ Quien la hace
la paga ”,
aunque existe la excepción de
los que
eluden la sanción y de ella escapan.
Aquí, tal
singularidad se da con mayor profusión,
en función
del color partidista bermejo en el que
se milita
y con las siglas separatistas.
¡ Qué cruz !
Estamos de corrupción hasta la coronilla.
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