Se dice que el ex vicepresidente Zapatero
es el mentor y consejero de Pedro
Sánchez,
marcándole los pasos y ritmos a dar.
Sea por decisión propia o por oscuras
influencias,
actúa en público como desprendido
benefactor,
intérprete de los designios
astrales,
observados por el ojo, situado en el centro
triangular.
Sea lo anterior verdad, mentira o
aproximación,
parece evidente que es intermediario y
recadero
de los regímenes totalitarios iberoamericanos,
siendo multimillonarios los pingües
beneficios
obtenidos del petróleo venezolano.
Como “ embajador volante “, discreto y
misterioso,
no para de viajar, con vuelos y estancias
pagadas.
En cualquier sitio, incluso en China, en
otros
países comunistas y en Marruecos, de haber salido
bien
los propósitos emprendidos, comisiones generosas
habrá acumulado, para inflar su
capital.
Zapatero es un consumado lobista. No da puntada
sin hilo.
Quiso, recientemente, dar lecciones de socialismo
cuando,
echándole cara y morro, dijo que “ ser socialista
es tener
normalmente muy poco y estar dispuesto a dar
mucho.”
Que empiece a dar ejemplo y a
repartir.
Más solidaridad y menos hipocresía y hueca
palabrería.
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