jueves, 19 de junio de 2025

PROVECTA EDAD

 Cada uno sabe cómo está

 
y los achaques sobrevenidos
 
en la provecta edad, aunque
 
algunos tienen la salud de hierro
 
y no aparentan los años tenidos.
 
Al preguntar cómo te encuentras,
 
al verte despacio caminando,
 
la respuesta más usada es:
 
“ Aguantando, que no es poco,
 
vamos tirando “. Sigues paseando,
 
sentándote en el banco, que tienes
 
localizado, para descansar de vez en cuando.
 
Rehúyes los corrillos de avanzada edad,
 
que no paran de contar sus revisiones médicas
 
y estados de salud, las peripecias
 
vividas en su juventud,
 
y lo mal que están ahora las cosas.
 
Se intercambian el “ parte diario “,
 
siendo una monotonía, si te detienes
 
a escucharlo.
 
Cuando alguien falta al rutinario encuentro,
 
surge la pregunta: “ ¿ Qué le habrá pasado ? ”
 
Si no te incluyes en el grupo, al verte pasar,
 
tras haber saludado, continúas con tus lentos andares,
 
ajeno a lo que de uno vayan diciendo o pensando.
 
El silencio es una forma de desconectar
 
del ruido ambiental; se goza con la serenidad,
 
que ayuda a reflexionar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario