Pasará el verano, las vacaciones y los años,
pero los implicados en las
corruptelas
confían en la habilidad de sus
letrados
y en los enjuagues amañados.
La Justicia se pronunciará con
retardo,
sea condenatorio o absolutorio el
resultado,
por los abultados casos y los recursos
elevados,
cumpliéndose el dicho: “ La justicia tardía no es
justicia”.
La gente se irá olvidando de lo
pasado,
aunque algo recordará de lo que
ocurrió,
pero nuevos escándalos irán
surgiendo,
del mismo o distinto color.
La indiferencia del “ qué más da ,
todo es bueno si no te pillan, y si
te
descubren, miente y desafía “,
revelan
el extravío, cuando se tuvo , del tesoro
moral.
Para “ tirar de la manta “ hay que tener
gallardía,
abjurar de las malas compañías, y
reconocer
lo fallos humanos en los que se puede caer.
“ Errare humanun est “.
No reincidir y “ escarmentar en cabeza ajena
“,
requiere altas dosis de cordura y
sabiduría.
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