sábado, 14 de julio de 2012

LA CONTESTACIÓN ANTE LAS MEDIDAS ANTI CRISIS

 

Obligado por las pésimas circunstancias económicas , el nuevo Gobierno está adoptando unas concretas medidas  en contradicción a las expuestas en su programa electoral. El tiempo dirá si ha acertado o errado, de momento hay amplio descontento porque a nadie le gusta que le toquen la cartera; pero es lo que hay y lo que nos marcan desde fuera después de los últimos años viviendo en un ficticio reino de "Jauja".

El inconformismo y subsiguiente controversia a causa de tales medidas, deberían desarrollarse por los cauces legales democráticamente establecidos y, por tanto, civilizadamente, sin violencia, desorden ni amenazas de rebeldías anticonstitucionales.

Decimos esto porque ya se ha reaccionado con algaradas callejeras, sindicatos y colectivos han anunciado inmediatas movilizaciones, se prevé un otoño caliente, alguna Comunidad- como la de Andalucía- proclama intenciones de insumisión y voceros nacionalistas de Cataluña amagan claramente por la unilateral independencia. Se omiten otros ejemplos por ser de general conocimiento, como lo es igualmente  la consabida monserga de los "nazi"-separatistas vascos que hacen de su capa un sayo y van a piñón fijo contra España.

El Gobierno, tras siete meses en ejercicio, ha adoptado varias decisiones, discutidas y discutibles, con firmeza y creíble dolor, a las que seguirán otras. Ha ido, por sucesivas malas sorpresas, a remolque de los acontecimientos y de las exigencias del club de la eurozona al que pertenecemos; pero, por fin, ha actuado, consciente del desgaste en popularidad y previsiblemente con repercusión negativa de futuro electoral en el caso de no reconducir la dramática situación a tiempo, lo que no es probable por la extrema dificultad que entraña. El tiempo corre rápido y el negro agujero recibido en herencia demasiado profundo.

Si encima, la legítima contestación deviniera en " incendiar" la calle con manifestaciones violentas, huelgas salvajes y periféricos desafíos, iríamos de mal a peor; aunque eso nada importa a los que su único interés es pescar en aguas revueltas. Bruselas y los misteriosos " mercados" nos observan y examinan; no son dados a arriesgar donde no tienen confianza y ven inestabilidad.

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